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8 de febrero de 2012

Por la parte de Swan, Marcel Proust

Título: Por la parte de Swann
Autor: Marcel Proust
Nº de páginas: 446 págs.
Editorial: Debolsillo
Encuadernación: Rústica
ISBN: 9788497592895
Precio: 9,95 €
Sinopsis: En 1913 vio la luz esta primera entrega de uno de los ciclos novelísticos más admirables de la historia de la literatura: En busca del tiempo perdido, un camino iniciático y un análisis, de hondo calado filosófico, de la compleja relación del tiempo con la memoria, ese instrumento —formado por recuerdos, sensaciones, incluso sabores— para reapropiarse del pasado y de ese modo devolver su integridad al presente.

El libro se divide en tres partes, todas ellas variaciones sobre el tema del tiempo que inexorablemente queda atrás: «­Combray», el pueblo de la infancia del protagonista, que lo rememora antes de dormir; «Un amor de Swann», o el despilfarro del tiempo en un amor, el de Odette y Swann, agostado por los celos; «Nombres del país: el Nombre», que gira en torno a los recuerdos de la adolescencia. 

Opinión:

Ahí es nada. Si el corrector automático detecta, ya en la sinopsis, dos palabras como falta, es una señal. Marcel Proust no ofrece una literatura fácil, ni tampoco cómoda; su obra va más allá de una narrativa —en muchos casos inexistente— para ahondar en lo más profundo del personaje y ofrecer su despiece al lector. En circunstancias normales me habría andado con más cuidado, pero como fue un regalo de una persona muy especial para mí me tiré de cabeza, sin mirar primero si la piscina tenía agua.

Por la parte de Swann es la primera parte de En busca del tiempo perdido, una colección retrospectiva de la vida del propio autor en la que toda interpretación tiene cabida. Abordando por momentos el dilema moral para pasar rápidamente a la psicología y volver a la pura reflexión, Proust resulta ser un completo desconocido para él mismo, que intenta sin éxito buscar una verdad inexistente. En este primer tomo recuerda su infancia, intentando recuperar momentos del pasado con los que construir una teoría filosófica que de algo de sentido a su vida.

Como protagonista, autor y biografiador (en el caso de que exista ese palabrejo), y como no podía ser de otra manera todo gira en torno al escritor, sus pensamientos y sus relaciones con su familia cuando era un crío. Poco a poco se va desgranando una mente tremendamente compleja, más si cabe que el libro, que aborda temas por aquél entonces tabú según va acercando su juventud hasta su propio presente. Abreviando, Marcel era el hipster de su época. Raro, muy raro. Y único, muy único.

Es una obra sin aparente objetivo, sin final. Deja más preguntas de las que responde. Te hace pensar, si estás abierto a ello. La narrativa pierde peso en favor del ensayo más retorcido, la puerta a su insomnio, a su miedos. Treinta páginas para contar al lector lo que sucede mientras el protagonista da vueltas en su cama intentando dormir puede parecer excesivo pero, al final, cobra significado. El minucioso detalle se vuelve un elemento imprescindible para elaborar la imagen del mundo de Proust, de la decadencia a su alrededor, de cómo Freud analizaría a Freud.

No es, insisto, una lectura fácil. Se necesita mucho tiempo, muchas ganas, mucho café y un diccionario a mano. Sin embargo os animo a que intentéis comenzar. A cambio del esfuerzo habréis vivido dos vidas, la vuestra y la de un completo desconocido. Y lo luciréis orgullosos en vuestra estantería. Incluso podéis hacer chapitas: "Yo sobreviví a Proust". Lovely.

Nota:
 7/10 Pero ten cuidado.

P.D.: La próxima vez seré más benévolo con el libro que lea. Lo prometo.


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